Aquella tarde de final de verano en la que Pat decidió montar un picnic para la pequeña Ali y Alfre, su marido y el más tímido de los tres. En la que comieron fresas, galletas, cupcakes y brindaron con pink lemonade.
Aquella en la que  Ali estampó su nombre junto una manzana, una estrella y cuatro rosquillas púrpuras. En la que los últimos rayos de sol acariciaron sus rizos dorados, en la que reímos de lo lindo, en la que fue todo especialmente bonito.

A Pat la conocí en una boda. Ella se había encargado de buffet dulce y me dejó totalmente fascinada, un nivelazo.  A pesar de que se trataba de un trabajo de una gran calidad profesional,  me dijo, con esa humildad que la caracteriza, que eran cosas que hacía sólo para los amigos.
Estoy segura de que muchos de vosotros conocéis su trabajo; es la fantastica Pat de Azucarillos de Colores y qué quereis que os diga, esta chica vale para todo.
No sólo porque absolutamente todo lo relacionado con el craft, la filosofía DIY y  los dulces se le da de fábula (ay esos cupcakes! qué ricos estaban!) sino también porque es una de las personas más generosas que me he encontrado en Internet. Comparte siempre sus conocimientos sin pedir nada a cambio, por eso goza del cariño y admiración de miles de seguidores.
Yo sólo no he tenido la suerte de hacerle las fotos para su web, sino que también he sido alumna suya. Con ella aprendí a carvar sellos en un taller que impartió en The Craftcake Mama y que me encantó.
Fijáos si es lovely, que redactó un post con las fotos de la sesión, el álbum y el packaging preparé para ella, que me dejó como al emoji de Whatsapp, con los ojos despidiendo corazones. Podéis verlo aquí.

 

La belleza de flores que con las que decoramos la sesión son de Mayula Flores <3

 

  Éstas son algunas de las fotos que hizo Pat del álbum de Ali cuando lo recibió en casa. ¿Preciosas, verdad?

Fotografía infantil creativa en Zaragoza